sábado, diciembre 25, 2004

La atracción del abismo. EL CINE DE JAUME BALAGUERÓ



"El abismo sube, el abismo se eleva,
se acerca a los ojos del que lo mira,
se mete, se introduce en los ojos del que lo ve,
petrificados y fascinados en sentido literal.
Desde ese instante ese ojo todo lo verá
desde y a partir de esa visión
que se ha apoderado de su campo visual.
Un ojo así está perdido para el mundo,
para las ilusiones del día".

Lo Bello Y Lo Siniestro (Eugenio Trías)



Jaume Balagueró se me antoja como el James Stewart de Vertigo: un tipo al que le horroriza el abismo pero que, al mismo tiempo, no puede apartar la mirada de él.
Un personaje atrapado que se ha dejado seducir por algo que teme y a la vez le fascina, como un insecto posado en el corazón de una planta carnívora. La fascinación del horror, de lo extremo.
Así lo reconoce cuando confiesa que los libros de medicina le desagradan profundamente pero que, por esa misma razón, se ve impulsado a incluirlos en sus enfermizas películas.
Con tan sólo 27 años -y lo que aún resulta más asombroso: con unos limitados conocimientos de técnica cinematográfica- este perfeccionista obsesivo ya ha realizado un par de cortometrajes manejando presupuestos de seis ceros: Alicia (que en 1994 se alzó con el Premio al Mejor Cortometraje en el Festival Internacional de Cinema de Catalunya de Sitges) y Días Sin Luz, un viaje tenebrista por la existencia torturada de Ulises, una víctima de la existencia, adicto al dolor de la droga eléctrica.
En total, unos 17 minutos de pesadillas en los que los procesos biológicos naturales adquieren los visos degenerativos y malsanos del virus, la infección y la enfermedad.
Un tipo de cine, en definitiva, que apuesta por una visión esquinada de la realidad, repleta de simbolismos y no exenta de influencias oníricas y surrealistas.
Una apología de lo Raro y de la Diferencia enquistada en este mundo gris y uniformizado en el que sobrevivimos.



· ¿Cuándo y cómo se te contagió el virus del cine?

Toda mi vida lo he tenido. Desde niño siempre estaba yendo al cine con el deseo de poder dirigir algún día. Ya a los 14 años, cuando la gente empezaba a ir a la discoteca, yo iba al cine.
Era una obsesión: esperar al fin de semana para recorrer todas las salas de reestreno, todas las maratones de terror...
Recuerdo que cada 24 de diciembre íbamos al cine Edén a ver las sesiones clasificadas "S", como una tradición, como una ceremonia de transgresión.

· ¿Qué títulos recuerdas de aquellos días?

Imposible decirlo, hay de todo. Soy una persona a la que le gustan todos los géneros. centrándonos en el fantástico, las películas que me marcaron profundamente fueron Zombie de George A. Romero y Maniac de William Lustig.

· ¿Te llevó esa pasión por el cine a estudiar cinematografía?

Cursé los estudios de cine en la carrera de Periodismo y luego estudié un par de años en el Centre d'Estudis Cinematogràfics de Catalunya.

· Es decir, que te enfrentaste a Alicia sin demasiada preparación técnica...

Así es. Lo que ocurre es que Alicia fue algo que creció poco a poco, ya que la idea inicial era la de hacer un corto en 16 mm. Posteriormente el proyecto fue aumentando sus proporciones, te das cuenta que dado que el trabajo que se está haciendo valdría la pena rodarlo en 35 mm., se incorpora un dinero con el que no contabas y acabas haciendo un corto en cine cuando la intención era hacer algo más reducido.

· ¿Quien integra el equipo que trabaja habitualmente contigo y que ha posibilitado la realización de tus dos cortometrajes?

La persona que ha colaborado desde el principio y con la que hemos impulsado los dos proyectos es Jordi de Miguel, que había estudiado conmigo y con el que continuo haciendo el fanzine Zineshock.
Es una persona que está metida en el mundo del diseño y Alicia surgió como la plasmación de una serie de inquietudes, tanto mías como suyas, estéticas.
Entonces empezamos a trabajar juntos: él se hizo cargo de la dirección artística, el diseño de producción y después hemos seguido igual con el segundo corto.
Pero había también otras personas involucradas. Por ejemplo Pedro Antonio Segura -que era uno de los Hombres de Goma de Alicia- ha vuelto a colaborar en Días Sin Luz. Rosa Arnas, que había sido ayudante de dirección ahora ha sido jefe de producción...
Hay una serie de personas que siempre han estado alrededor de estos proyectos.

· ¿Qué resultó más difícil a la hora de realizar Alicia: la pre-producción, la realización o la búsqueda de financiación?

Tratándose del primer cortometraje y dada la falta de experiencia todos los procesos son difíciles. Evidentemente conseguir la financiación siempre es complicado.
La pre-producción fue un poco a ciegas por la falta de experiencia, pero lo que resultó realmente duro fue el rodaje, también por las características de la película y porque había una serie de problemas logísticos -como el traslado de todo el equipo- que lo complicaron todo.
Y no sólo eso, sino la complicación que significaron toda una serie de escenas que eran problemáticas para los actores. Por ejemplo, todas las escenas de la Gorda Ogro implicaron problemas graves porque la actriz tenía tenía dificultades para entrar en el papel, sobretodo por vergüenza o por pudor.
Después hubo problemas con algunas cosas puntuales, como la escena en la que uno de los Hombres de Goma introduce los dedos impregnados de mucosidad en la boca de la niña. Al final la niña vomitó... Fue complicado...

· Hay quien ha calificado Alicia de cortometraje incomprendido. ¿Qué piensas de ello?

Sí, es un cortometraje incomprendido porque es incomprensible (risas). No, en serio, es un cortometraje extraño, pero ya era esa la intención.
La definición de Alicia es mucho más sencilla de lo que se siempre se ha dicho: Alicia es una pesadilla a partir del tema de la menstruación y las pesadillas no siempre han de entenderse, ¿no? Es una pesadilla y punto.

· Debía tener ese toque onírico...

Sí, sí y además intencionadamente surrealista, con detalles obvios como el de la nevera.
Me refiero a que era una apuesta por hacer algo extraño, extravagante si quieres verlo así. Una cosa rara porque sí. La intención era esa y así se hizo, aunque reconozco que hay determinado sector de público o de crítica que no acepta lo que es raro porque sí, cosa que entiendo.

· Nacho Cerdà, el realizador de Aftermath, ha intervenido en la producción de Días Sin Luz. ¿Cómo se estableció esta colaboración?

Nacho -al cual conocía de la facultad- entró como productor asociado en labores de producción.
Ha llevado a cabo todos los trabajos de administración financiera y también de post-producción.
Ha sido una colaboración muy valiosa.

· ¿Porqué decidiste incorporar al casting de Días Sin Luz una actriz porno como María Bianco y a una dómina profesional? ¿Fue quizá por esa necesidad de la que hablabas antes de contar con un actor que no se desmoronara en las secuencias más escabrosas?

Así es. En el montaje final el papel que interpretaba María Vinazo se limita al parto, porque la parte en la que la madre se encierra en el sótano es prácticamente mínima. Pero en el guión original sí había una serie de elementos importantes en esa secuencia que se rodaron pero que luego no se utilizaron por cuestiones que ahora no vienen al caso. Era unas imágenes purísimas, realmente sexuales y para las cuales necesitábamos una persona que fuese capaz de hacerlas sin ningún problema.
Y pensamos inmediatamente en María, a quien yo ya conocía y que es una persona muy agradable. No puso nunca reparos en nada y además, curiosamente, resultó ser una extraordinaria actriz.
A la dómina la conocí a través de una entrevista radiofónica que le hice. Es una persona encantadora.
Evidentemente, ¿quién haría mejor el papel de una dómina que una auténtica profesional? Y además tenía una cantidad de material sadomaso del que, evidentemente, nosotros no disponíamos y que hubiera resultado carísimo comprar o alquilar.

· ¿Como cinéfilo, te interesa el cine pornográfico?

Me interesa parcialmente, pero raramente he visto una película pornográfica que sea interesante.
No soy una persona que entienda demasiado. Muchas veces he hablado con Manolo Valencia (editor del fanzine 2000 Maníacos y autor de diversos libros y artículos que atestiguan su condición de pornofago de pro) -que es un gran amigo mío- y siempre llegamos al mismo punto de incomunicación, porque cuando acabamos hablando de pornografía no podemos entendernos: él es una enciclopedia viviente y yo no sé nada. Hay un punto de incomunicación que nos obliga a cambiar de tema.

· Tanto Alicia como Días Sin Luz son visiones negativas de la existencia, en las cuales das la vuelta completamente a procesos biológicos naturales -como la menstruación o el parto-, transformándolos en episodios perturbadores, enfermizos y traumáticos. ¿Por qué esta fijación?, ¿de donde procede?

En el caso de Alicia estoy de acuerdo, pero en el caso de Días Sin Luz no tanto, porque tan sólo aparece un parto, aunque un poco gótico...
Supongo que todo lo relacionado con los procesos biológicos humanos me afecta personalmente.
Son cosas que me preocupan de la misma forma que me preocupa la muerte... y la vida. Supongo que es una fijación, es el Misterio. Para mí el cuerpo humano es un misterio en cuanto a funcionamiento y en cuanto a contenido.
Aunque lo que voy a decir es un poco fuerte, a veces he considerado la reproducción, por ejemplo, como una aberración, pese a que todos sabemos que es un fenómeno que forma parte de la naturaleza.
En estos momentos, en este punto de la civilización, la reproducción es aberrante, al igual que lo es el amamantamiento, que es una forma evidente de parasitismo.
Así es como el hombre debería verlo, por todo su bagaje cultural. Todos sabemos que no lo es, pero para mí es una forma de concebirlo, una sensación, un sentimiento casi.

· Tengo la impresión que un psiquiatra disfrutaría de lo lindo viendo tus películas. Están repletas de metáforas, de imágenes simbólicas y de detalles que enlazan con el mundo del subconsciente. Todas las teorías sobre la sexualidad y su incidencia sobre la personalidad...

Bueno, hay mucha simbología religiosa porque es otra fijación que tengo. No soy una persona religiosa, pero soy un profundo amante de la iconografía católico-cristiana. Soy una persona que va a la iglesia sólo para disfrutar del entorno, por una cuestión estética. Y lo hago a menudo...

· La pregunta es inevitable: ¿qué hay de autobiográfico en tus películas?

Yo creo que nada...

· ¿De pequeño no te gustaba ojear libros de medicina como a Ulises, el niño protagonista de Días Sin Luz?

No, todo lo contrario. Soy una persona bastante sensible para estas cosas.
No soporto la visión de imágenes de enfermedades, precisamente por ello las he introducido en Días Sin Luz, porque es una cosa que me afecta bastante.
Y no hay nada de autobiográfico, a no ser el sentimiento último que se quiere transmitir con esta película, que es el sentimiento del sin sentido de la propia existencia.
Pero no es que mi vida haya sido desgraciada, sino todo lo contrario. Ninguna de mis dos películas es autobiográfica.

· Después del instante del nacimiento y del paso por la infancia, ¿podemos esperar una tercera entrega centrada en la adolescencia o la edad adulta que complete una hipotética trilogía?

Se puede esperar un tercer cortometraje, aún no sé sobre qué. No se si cerrará la trilogía.
Pero también estoy pensando en un largometraje que tendría mucho que ver con la religión y con el sufrimiento.
Una historia de monjas y en cierta forma de ciencia-ficción también. Pero es algo que aún debe madurar.

· ¿Pero ha habido contactos con la gente de la industria interesada en tu trabajo?

Sí, pero nada concreto... Hay un proyecto de colaboración con la ciudad de Lleida, pero es algo tan vago que es temerario avanzar nada.

· Si simplificásemos mucho la situación, tengo la impresión que hay dos tipos de cortometrajes: los más claramente trash-gore, que solo pretenden divertir al espectador con la mera saturación, sin más pretensión, y otros mucho más argumentales, más analíticos y cerebrales. ¿Tienes consciencia de haberte convertido en el máximo exponente de este tipo de cine -digamoslo así- más intelectual?

Puede ser que existan esos caminos, pero lo cierto es que hay muy poca producción como para que yo lidere nada. Me parece que en España en estos momentos -y tanto a a nivel de cortometrajes como de largometrajes- no se está haciendo género fantástico ni nada que se la parezca.
Si lo analizamos, ni Nacho Cerdà ni yo estamos haciendo género fantástico, ni mucho menos. Estamos haciendo un género introspectivo, muy intimista, pero que por unas cuestiones estéticas está muy cercano al género fantástico.
Aún así, no creo que ni él ni yo seamos reticentes a incluirnos en el género fantástico porque nos gusta mucho.
Si los otros cortos fantásticos que se están haciendo son los de Santiago Segura, por ejemplo, pues sí se puede decir que nuestra vertiente es más intelectual que la suya.
Es una evidencia que no desmerece su trabajo. Segura es un gran director.

· ¿Ser hermético y no proponer lecturas fáciles -y tus cortometrajes ciertamente pertenecen a esta categoría- te ha comportado críticas de aquellos que te acusan de pedantería?

¡Que me acusen de pedante es un sino en mi vida! Pero es una cosa que me gusta mucho, muy aristocrática, muy bonita...
Realmente pienso que quizá Alicia es una película hermética, pero Días Sin Luz no.
Creo que es una película clara, pese a que al final incluye un pequeño enigma. Un enigma que además es poético, no es real, es un enigma lírico.
Y creo que si en Alicia fuimos herméticos, en Días Sin Luz hemos sido muy claros. Para un espectador suficientemente formado, evidentemente.

· En este sentido, las secuencias más explícitas de Días Sin Luz, las que están hechas con la colaboración de los técnicos de efectos especiales (por lo demás excelentes), ¿son una concesión a la galería? Personalmente creo que rompen un tanto el tono de la narración... ¿Os veis forzados a incluir este tipo de secuencias gore?

No, lo que ocurre es que quizá no hemos conseguido la sensación que queríamos.
En la secuencia del brazo a la que tu te refieres se pretendía afectar al espectador, pero no como en una secuencia de gore convencional, sino molestar en el sentido de lo que hablábamos antes: de lo biológico, de algo más interno, del virus, de la infección, de la enfermedad, que es algo que está apareciendo constantemente en la película.

· Viendo tus películas me llamó extraordinariamente la atención -por lo inusual- el mimo con el que cuidáis el sonido. Y no me refiero tan sólo a la música de Víctor Nubla, sino muy especialmente a los efectos de sonido, a los ruidos en general. Es algo que no había oído desde las primeras películas de David Lynch, especialmente Cabeza Borradora...

Yo concibo el cine como un todo. Pienso que el cine en España es de estar por casa y que no se trabaja suficientemente.
Es decir, la película debe ser una obra perfectamente acabada. Y para ello debe tener unos títulos de crédito, un sonido y una imagen muy cuidados.
Creo que el problema es el cuidado, el acabado. Es un problema de criterio y de saber qué parte del presupuesto dedicarás a cada cosa, porque cada una es igual de importante.

· En Días Sin Luz me pareció reconocer el tema de Gustav Mahler utilizado por Luchino Visconti en Muerte En Venecia, pero que no aparece consignado en los títulos de crédito. ¿Es así?

Sí, pero no aparece en los créditos por una cuestión de derechos.

· Ya que empiezan a parecer nombres propios, repasemos algunas de tus influencias evidentes...

Hay muchos cineastas que pueden influirme, pero yo siempre digo que las influencias no necesariamente han de ser conscientes.
Supongo que pueden aparecer evidencias de directores muy diferentes que mes gustan, como David Cronenberg, David Lynch, Wim Wenders, Alain Tanner...
Pero no se si Tanner se ve en mis películas, probablemente no. Aunque quizá esté presente de alguna manera, ¿no?
También de forma muy especial la obra del fotógrafo Joel Peter Witkin.

· Los seres de Alicia -los Hombres de Goma- me parecen idénticos a algunos personajes de los cómics de Miguel Ángel Martín. ¿Es una impresión personal o voy bien encaminado?

Si la influencia venia de Miguel Ángel Martín yo no era consciente de ello. Creo que fue directamente la estética sadomaso.
La explicación es esta: yo conocí casualmente al director de la revista Sadomaso -creo que se llama Miguel Peña-, que se interesó por Zineshock y le regalé algunos números.
El a cambio me regaló toda la colección de Sadomaso y allí descubrí una estética que desconocía a través de unos números realmente terribles, especiales. Descubrí una estética muy interesante...

· Quizá Miguel Ángel Martín y tú habéis partido del mismo lugar para llegar a idénticas soluciones visuales...

Claro, siempre lo he dicho.
De hecho, si no me equivoco, Miguel Ángel Martín había empezado a hacer dibujos para la revista Sadomaso, lo cual es un dato curioso.

· Santiago Segura -por poner un ejemplo significativo- ha autoeditado sus cortometrajes de la serie Evilio, Nacho Cerdà ha hecho lo propio con Aftermath. ¿Te has planteado hacer tú lo mismo con Alicia o con Días Sin Luz?

Nacho tiene un medio metraje de media hora que es un concepto en sí mismo. Santiago Segura tiene cuatro cortos que representan casi unos 50 minutos. Yo tengo dos cortos que suman 19 minutos... Es un poco arriesgado editar una cinta de vídeo que dure 19 minutos: ¿a qué precio la vendes?, ¿qué costo tiene?
Supongo que editaré los dos cortos con el making of del segundo -probablemente incluyendo algunas de las secuencias descartadas en el montaje final- y eso representaría unos 30 minutos, que ya es una cosa más decente.
Si me preocupa esta cuestión es por el hecho del concepto: ¿cuál es el concepto de una cinta de vídeo que engloba dos cortos que no tienen nada que ver y el making of de uno de ellos? Quizá soy demasiado perfeccionista.

· De hecho, ampliando esta cuestión al tema de la distribución de productos alternativos, lo cierto es que existe un grave problema de difusión. Las revistas y fanzines especializados comentan unos títulos a los cuales los aficionados en general les es difícil acceder...

Sí, sí. Es más, partiendo de esta idea he mantenido unas reuniones con Marcel.lí Antúnez y Nacho Cerdà para editar una cinta de vídeo que incluyera Aftermath, Alicia, Días Sin Luz, Retrats y probablemente El Hombre Navarro Va A La Luna. Sería una cinta de casi dos horas. Es una cosa interesante que está pendiente.
Y no sólo eso, sino que también nos hemos reunido con Aixalà para fundar Los Brutalistas, un movimiento que tendría su sede en Barcelona pero en el que todo el mundo sería bienvenido y cuyas características estéticas ya puedes imaginarte. Algo así como La Escuela de Barcelona... pero más brutal.
Además, su promoción posibilitaría la distribución de todos los cortometrajes en 35 mm.: podríamos reunir las películas en una misma bobina y podríamos hacer una gira por filmotecas, por ejemplo. Es una idea que también está pendiente y que espero que pueda llevarse a término.

· ¿Habéis tenido en algún momento encontronazos con algún tipo de censura?

Censura explícita no existe, pero... A Alicia, por ejemplo, la Generalitat le denegó una subvención a posteriori porque decían que era un cortometraje aberrante y esas cosas. Y fue después de ganar en el Festival de Sitges... No es que este mal, pero es un poco raro teniendo en cuenta que la Generalitat financia parcialmente el festival.
La Generalitat es una institución que realmente no tiene ni las más puta idea de cine, ni de cultura. Es anacrónica, es antigua y es reaccionaria. No avanza, por tanto yo creo que es censura en sí misma. En cambio el Ministerio de Cultura es bastante más abierto.
Pero hay otras cosas que también se podrían considerar censura: por ejemplo, a Nacho Cerdà no le aceptaron la película en el Festival de Bilbao, lo cual me parece terrible.
Al final accedieron porque parece ser que Luis García Berlanga estaba en el jurado y dijo que era muy interesante y que había que incluirla. Y así fue.
Quiero decir que en ocasiones existe una reticencia frente a productos que son un poco extremos.
Personalmente, un episodio que encuentro terrible es el del Festival de Cinema Jove de Valencia, donde participé junto con Nacho. Allí se proyectaba Alicia, Aftermath y El Retorno De Los Hombres Muertos de Ian Kerkhoff, un sueco o noruego que hace cosas underground en vídeo. En uno de ellos aparece él masturbándose con vírgenes y cruces... Es un tío muy radical, pero que cada año asiste porque es muy querido.
Ese año llevaba una peli absolutamente aberrante, con travestis que se vomitan y se comen unos a otros, una cosa horrible.
Entonces el jurado premió a Javier Fesser por El Secdleto De La Tlompeta -que me parece extraordinario, porque es muy bueno- y una especie de plagio belga de Delicatessen pero que estaba muy bien.
Hasta aquí perfecto, pero entonces el jurado hizo una mención diciendo que los dos cortos premiados eran muy buenos, pero que todo el resto era una mierda.
Y no sólo eso, sino que habían detectado una tendencia a la extrema violencia y al sexo -refiriéndose a nosotros, evidentemente- que era intolerable y que esperaban que no se repitiera nunca más. Estas cosas no son censura, pero acaban teniendo la misma eficacia destructiva.
Y luego está el caso de Jörg Buttgereit, que fue invitado por los propios organizadores a la Mostra de Valencia. Jörg envía las películas y entonces la mujer del director del Festival, que estaba en casa, pone la cinta de Nekromantik en vídeo, la ve... ¡y vomita!
Y como vomita, le dice a su marido que no quiere que exhiban la película en el Festival. Y entonces el director llama a Buttgereit y le dice que como su mujer ha vomitado, excluye las películas del certamen. Quizá oficialmente la censura no existe, pero está la subnormalidad, que en cierta forma es lo mismo.

· Zineshock, el fanzine que tu editas -subtitulado "Revista De Cine Oscuro Y Brutal"- nació con el firme propósito de adentrarse allí donde no llegaban el resto de fanzines y publicaciones especializadas: el cine más extremo. Y se demostró que acertasteis, porque estáis teniendo bastante eco. Había un público latente, receptivo...

Sí, supongo que había un público que necesitaba enterarse de las cosas que ignora.
Y además existe una morbosidad que es innegable y que, de hecho, no es una cosa de ahora. Puede parecer que es algo de la juventud actual, pero no es así.
Aunque yo no lo viví directamente, recuerdo cuando se estrenaban aquellas películas de caníbales que arrasaban en taquilla... Y no éramos precisamente nosotros quienes íbamos a verlas, sino nuestros padres o gente que ahora ya es más mayor. Toda la vida ha sido así...

· ¿El contenido del fanzine os ha acarreado algún problema serio?

No, la verdad es que no. Ha habido críticas, pero no demasiadas. Una tienda de cine no nos la quiere vender.

· En los últimos números os habéis iniciado en la distribución (pirata) con Snuff, la controvertida película del matrimonio Findlay. ¿Cuáles son vuestros próximos proyectos?

Ahora venderemos Aftermath por correo, evidentemente en colaboración con Nacho. Es lo único que por el momento vamos a hacer.
Lo que sí existe es la idea de reorganizar Zineshock: dejar de ser un fanzine y convertirlo en una revista, entrando en el mundo editorial legal para poder convertirla también en un catálogo de producción alternativa. Queremos hacer una revista bimensual, con una distribución bien hecha y con venta por correo.

· ¿Qué te parece el nivel cualitativo de los numerosos fanzines sobre cine que están apareciendo últimamente?

Bueno, creo que la prensa, llamémosle alternativa o no profesional, cada día está más de moda y la gente se apunta a hacer cosas.
Además, ahora ha aparecido el fenómeno del pro-zine, el fanzine profesional, debido a que la técnica está al alcance de todo el mundo. Cualquiera puede hacer la publicación más espectacular desde su casa. Y eso se nota.

· Desde hace unos años se multiplican las críticas contra el cambio de orientación del Festival de Sitges. Tú que has participado en las dos últimas ediciones, ¿que opinión tienes de este tema?

Estoy totalmente de acuerdo con ellas... El Festival de Sitges se caracterizaba por un amor absoluto al género, que me recordaba y me hacía sentir lo mismo que los maratones de terror y esas cosas. Y la verdad es que es un sentimiento que está completamente muerto. La culpa es, evidentemente, de este cambio de orientación que no comprendo.
Supongo que hay motivos, incluso de índole comercial y económica para hacerlo, pero es una pena porque ya no es un festival de terror. Fantástico quizá aún lo sea, pero de terror no lo es en absoluto.

· En el 1994 te hiciste con el Premio al Mejor Cortometraje con Alicia. ¿Crees que esto representó quizá un handicap para que no te volvieran a premiar por segunda vez consecutiva?

Yo estaba realmente convencido de que no iba a a ganar, es algo que ni me había planteado, precisamente por lo que tu dices. Me parecía absolutamente increíble que una persona pudiera ganar dos veces seguidas el mismo premio en un festival.
En estos momentos puedo decir que era imposible ganar, no por ello, sino por otras cuestiones, como el estado etílico de Joaquim de Almeida (el actor de origen portugués era uno de los miembros del Jurado Internacional), por ejemplo y cosas así...
Estoy muy extrañado de que ganara Bill Plympton porque era un cortometraje absolutamente... mínimo, un chiste (Jaume se refiere al cortometraje How To Make Love To A Woman del norteamericano Bill Plympton)
Si había que premiar la animación, adelante, pero había cosas mucho más interesantes.

· ¿Qué te ha parecido el nivel de los cortometrajes a concurso de esta última edición?

No muy alto, pero había cosas interesantes. El cortometraje al que se hizo mención, Ubu, estaba bien (se trata del cortometraje Ubu de Manuel Gómez, una coproducción franco-belga, adaptación animada del clásico Ubu Rey de Alfred Jarry que recibió una mención especial del jurado)
Achilles, también de animación, era muy interesante (referencia al cortometraje de Barry Purves, que utiliza muñecos inspirados en las clásicas esculturas griegas para narrar una tragedia desde una óptica abiertamente gay)
Había un cortometraje, mexicano me parece, que era bonito (Jaume se refiere al cortometraje El Arbol De La Música de los mexicanos Sabina Berman e Isabelle Tardán)
Creo que había más cosas interesantes en el apartado de animación que en imagen real.

· El Festival de este año ha sido ciertamente light. ¿hay alguna película que te llamara especialmente la atención?

Es que no vi muchas películas. Supongo que había cosas magníficas que no vi. Este año había títulos que debían ser un bombazo y se proyectaron en días y horas en que no iba nadie.
Creo que Tokyo Fist de Shinya Tsukamoto era lo más interesante que había este año. Yo no la pude ver y era la que más ilusión me hacía.
Y Safe de Todd Haynes fue otro caso.
Doom Generation de Gregg Araki, por ejemplo, parece ser que era de lo mejor y no se proyectó en el Auditorio, que es algo que no comprendo. Parece ser que lo mejor que había fue ignorado.